sexta-feira, 23 de março de 2007

Arturo, hice lasaña!


Eran tres de la tarde cuando Raúl me llamó para decir que invitaba a Manfís, Pedro y Pablo para comer en casa. Pregunté lo que querían comer y la respuesta foe rápida: espiguetti. Por supuesto que fue Manfis quien sugirió, pensé. No tenía espaguetti en la dispensa y sin perder tiempo, ofrecí lasaña y todos concordaron. Salí a comprar queso, jamón, carne molida y hojas de laurel para la salsa y otra cajita de lasaña no iba nada mal...una buena pasta nunca debe faltar en la cocina!
Empecé a preparar la salsa con carne molida, chorizo, tocino, cebolla y ajo. Todo sin medida porque hasta las recetas de los libros las modifico! Luego eché los tomates licuados, una pizca de sal, pimienta, chile picado, tres hojas de laurel - el laurel trae suerte cuando se pone numero impar de hojas, por eso la exactitud! - y un cubico de caldo de carne. Dejé hirviendo hasta que agarrara sabor.
Cuando la salsa quedó lista, empecé a montar la lasaña. Una capa de salsa, una de pasta, otra de queso, otra de jamón y empecé nuevamente hasta llenar el molde. Por último, regué con más salsa para dejar la lasaña bien mojada. Metí al horno por 30 minutos y cuando Raúl llegó con Pedro y los vinos ya estaba lista para servir! Más tarde llegó Manfis y luego Pablo.
A Manfis, el paisano guatemalteco de Pedro, ya le encanta mi espaguetti y la lasaña entonces, hasta lo sacó de la dieta! No tengo la culpa, dice yo, tu me la pediste! Y nos echamos a reír... A Pablo, el brasileño muy formal de Santa Catarina, el plato suculento, lleno de queso y poca pasta le agradó. Nadie comió el postre porque no había cupo en el estómago!


Siempre que hago lasaña me acuerdo de mi sobrino Arturo, a él le encanta mi
lasaña! Pena que estamos un poco lejos en ese momento, pero dejo aquí la promesa
de que cuando regresemos a nuestra casa, haremos una lasaña para la familia!